Desde los años 20 se fabrican productos para que tengan una duración limitada
Te recomiendo el documental "Comprar, tirar, comprar", sobre la obsolescencia programada, o lo que es lo mismo, la reducción deliberada de la vida de un producto para incrementar su consumo.
Edison puso a la venta su primera bombilla en 1881. Duraba 1500 horas. En 1911 un anuncio en prensa española destacaba las bondades de una marca de bombillas con una duración certificada de 2500 horas. Pero, tal y como se revela en el documental, en 1924 un cártel que agrupaba a los principales fabricantes de Europa y Estados Unidos pactó limitar la vida útil de las bombillas eléctricas a 1000 horas. Este cártel se llamó Phoebus y oficialmente nunca existió pero en Comprar, tirar, comprar se nos muestra el documento que supone el punto de partida de la obsolescencia programada, que se aplica hoy a productos electrónicos de última generación como impresoras o iPods y que se aplicó también en la industria textil con la consiguiente desaparición de las medias a prueba de carreras.
Se llegó al extremo de multar a los fabricantes de bombillas cuando éstas duraban más de 1.000 horas. Antes de la caída del muro de Berlín, una empresa de Alemania del Este presentó una bombilla de larga duración que vendía en Europa del Este. No consiguió que se comercializara en occidente, y cuando cayó el muro, quebró.
En Livermore, California, encontramos la bombilla más antigua del mundo.
Encendida sin interrupción desde 1901, está en internet 24 horas al día. De momento se han agotado ya dos webcams y la bombilla va por la tercera. Puedes verla aquí.
Podéis ver un corto-denuncia sobre la corta vida de las baterías del iPod que puso contra las cuerdas a Apple, por lo visto la batería dejaba de funcionar a los 18 meses y había que comprar un iPod nuevo.
Elizabeth Pritzker, abogada, oyó hablar del vídeo y decidió demandar a Apple. Su idea se extendió por Internet y captó la atención de miles de afectados. Apple tuvo que rectificar y vender las baterías y compensar a los afectados.
Lo peor de todo esto es que nos engañan para fomentar el consumismo, y además los residuos van a parar a los países más pobres, sobre todo de África, donde se contamina el entorno y a las personas.
Mike Anana es un activista ghanés que lucha contra la obsolescencia programada desde el final de la cadena. Recopila información sobre los residuos que llegan a su país. Hasta allí llegan periódicamente cientos de contenedores cargados de residuos bajo la etiqueta de 'material de segunda mano' y el paraguas de una aportación para reducir la brecha digital y acaban ocupando el espacio de los ríos o los campos de juego de los niños.
Hay una teoría muy interesante del concepto 'de la cuna a la cuna' (Cradle to cradle). Propone rediseñar la industria imitando el ciclo virtuoso de la naturaleza rediseñando la forma en que hacemos las cosas. La idea es que la naturaleza no produce residuos, los seres vivos cuando mueren, las hojas de los árboles cuando caen, todo son nutrientes. La idea es que la industria no produzca residuos:
• Construcciones que, al igual que los árboles, produzcan más energía de la que consumen y depuren sus propias aguas residuales;
• factorías que produzcan como efluente agua potable;
• productos que, una vez finalizada su vida útil, no se conviertan en basura inútil, sino que puedan ser devueltos al suelo para que se descompongan y se conviertan en alimentos para plantas y animales y en nutrientes para la tierra; o, en caso contrario, que puedan ser reincorporados a los ciclos industriales para proporcionar materias primas de alta calidad para nuevos productos.
Medita un poco sobre el tema: ¿Cada cuánto tiempo cambias de móvil? ¿Cambiaste porque dejó de funcionar o porque te convencieron para comprar otro o para obtenerlo cambiando de operadora?
Haz la prueba y pon en Google 'reiniciar contador impresora', te llevarás una sorpresa al ver que es un tema muy común, las impresoras por ejemplo podrían durar más pero ponen un chip para que dejen de funcionar.
Uno de los protagonistas del documental consigue bajarse un software ruso que permite reiniciar el chip que contiene el contador que inutiliza la impresora después de un número establecido de impresiones. Aquí podéis ver un ejemplo de ese tipo de chips cuya única función es impedir que un producto que has comprado deje de funcionar para que compres otro:
No te dejes engañar, no entres en el juego de comprar, tirar, comprar. Tu bolsillo y el medio ambiente te lo agradecerá.
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