Vamos a contar una historia, basada en hechos reales:
La empresa X, que va muy mal económicamente, tiene dos consejos de administración (bueno, además tiene otros 17 consejos de administración, pero eso es otra historia).
El consejo1 es el que realmente decide las cosas, y el consejo2 revisa las decisiones, aunque no tiene la última palabra. Realmente el consejo2 no parece que tenga mucha utilidad.
Pero la empresa X ha decidido gastarse 350.000 euros al año (unos 58 millones de las antiguas pesetas) en dotarse de pinganillos y traductores para que los miembros del consejo2 se entiendan en catalán, valenciano, vascuence y gallego. Se gastará 12.000 euros (dos millones de las antiguas pesetas) cada vez que se reuna, aunque luego al salir de la reunión los miembros del consejo2 hablarán del fútbol, del tiempo o lo que sea en castellano.
La empresa X, que va muy mal económicamente, tiene dos consejos de administración (bueno, además tiene otros 17 consejos de administración, pero eso es otra historia).
El consejo1 es el que realmente decide las cosas, y el consejo2 revisa las decisiones, aunque no tiene la última palabra. Realmente el consejo2 no parece que tenga mucha utilidad.
Pero la empresa X ha decidido gastarse 350.000 euros al año (unos 58 millones de las antiguas pesetas) en dotarse de pinganillos y traductores para que los miembros del consejo2 se entiendan en catalán, valenciano, vascuence y gallego. Se gastará 12.000 euros (dos millones de las antiguas pesetas) cada vez que se reuna, aunque luego al salir de la reunión los miembros del consejo2 hablarán del fútbol, del tiempo o lo que sea en castellano.
Hoy día 18 de enero comenzaron a usar el nuevo sistema, declaremos ese día como 'El día del pinganillo'.
No sé cómo etiquetar este post, si poner ¿economía?, ¿humor?,... lo que sí tengo claro es la etiqueta política.
El problema es que el tinglado que han montado lo pagamos todos nosotros.
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