Las réplicas hinchables del tanque T-80 pesan 90 kilos frente a las 42 toneladas del tanque real. Unos 6.000 dólares frente a un coste de 100.000 a un millón de dólares.
Uno de los objetivos de estas réplicas hinchables que el ejército ruso compra es desviar las bombas enemigas a objetivos de pega.
Del Caballo de Troya a las réplicas hinchables de armamento el objetivo sigue siendo el mismo: engañar al enemigo y aparentar más poder del que se tiene.
Un detalle interesante de estas réplicas es que en medio de la tela tienen una fina capa de aluminio, para hacer creer a los detectores térmicos de los aviones enemigos que se trata de armamento de verdad.
Además incorporan unos sistemas especiales de calefacción en las zonas del motor y del cañón que hacen que los aviones enemigos detecten las mismas manchas de calor que generaría un tanque real...
Por lo visto hay varios ejemplos de desfiles militares en los que los misiles que aparecen son de pega, son carcasas de metal rellenas de materiales pesados que intentan mostrar a otros países que se tiene más armamento y más avanzado del real.
Ya sabes, cuando veas en la tele un desfile militar, piensa que parte puede ser sólo atrezzo...
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